Bocadillo Veleño
Este reconocimiento, entregado por la Superintendencia de Industria y Comercio certifica al Bocadillo Veleño como único en el país y lo resguarda ante imitadores. Es decir, a partir de hoy, este producto típico cuenta con una herramienta legal de posicionamiento y defensa de la competencia desleal, ya que más del 50% de la venta de bocadillos que se realiza en otros departamentos le dan la connotación de ´Veleño´, sin serlo.
Como hijo de la provincia Veleña y ´fan número uno´ de los productos autóctonos de su región, el gobernador de Santander, Didier Tavera Amado, manifestó con orgullo que “…”.
Además de exaltar y enorgullecer la identidad santandereana, esta protección beneficia a los productores del bocadillo, la guayaba, el bijao, el cajón de madera y los industriales transportaderes, así como a toda la región, a través de un desarrollo integral y turístico.
“…” (Alcalde u otro)
Endulzándonos con la historia
Como detrás de todo producto patrimonial hay una historia que debe ser contada, el Bocadillo Veleño no es la excepción. Cuenta la historia que la fabricación de postres y jaleas para el consumo familiar, como industria casera, inicia en la segunda mitad del siglo XIX, entre 1870 y 1900. La mezcla de pulpa se obtenía al colar la guayaba en un lienzo y luego se le adicionaba panela y se ponía en cocción en pailas de cobre. El moldeo se hacía en marcos de madera y el empaque en hojas de bijao como actualmente se realiza.
La maquinaria que se utilizaba en las fábricas de tipo artesanal para la década del 60 era rudimentaria, lo que permitía realizar el despulpado de la guayaba en lienzos y la cocción con batido manual de los operarios. En 1943 aparece el azúcar sulfitado, que reemplaza a la panela, hecho que genera un cambio en la preparación del bocadillo en forma más industrial. La materia prima en gran parte era tríada a lomo de mula desde Guavatá.
Las décadas del 50, 60 y 70 marcan la época de oro de esta región por el número de fábricas, y porque se llega a un desarrollo más acelerado a partir de la implementación de equipos tales como la caldera a vapor y la cernidora mecánica para pasar la guayaba a pulpa. Con el aumento de número fabricas aparecen aserríos para promover el uso de cajas de madera, talleres de reparación de motores, fábricas de pailas de cobre, entre otras.
Fecha de publicación 30/06/2017
Última modificación 30/06/2017