Salud, esperanza y solidaridad: una Misión Médica que tocó el corazón de Santander

Durante cinco días, la esperanza se vistió de rojo en el municipio de el Carmen de Chucurí, donde la Misión Médica Laughh, en un esfuerzo articulado entre la Primera Dama del departamento, Victoria Casallas Lozano, y la Secretaría de Salud de Santander, hizo posible una experiencia transformadora de salud y humanidad. Más de 20 médicos especialistas, extranjeros y colombianos, se unieron a un equipo de voluntarios internacionales que demostraron que servir también es una forma de sanar.
Esta acción unificada permitió brindar atención integral a más de 600 personas de zonas urbanas y rurales de los municipios de Carmen de Chucurí, Simacota, San Vicente de Chucurí y Santa Helena del Opón, quienes accedieron, en muchos casos por primera vez, a servicios especializados en medicina general, interna, pediatría, ginecología, fisioterapia, nutrición y educación en salud sexual.
No se trató solo de aliviar dolencias físicas, sino de dignificar vidas, de escuchar historias, abrazar esperanzas y reconstruir confianzas. Médicos y voluntarios ofrecieron más que tratamientos: entregaron sonrisas, afecto y la certeza de que en Santander hay un gobierno que llega hasta donde más se necesita.
Gracias al trabajo articulado, se entregaron:
● 20 sillas de ruedas.
● 20 caminadores.
● 40 bastones.
● 3 sillas pediátricas especializadas, incluyendo una fabricada a la medida para una persona de Santa Helena del Opón.
● 67 mamografías realizadas.
● 50 pruebas de aliento para Helicobacter pylori, donadas por una empresa de Bucaramanga.
● Y un convenio con Expovisual, que permitirá entregar 400 gafas de lectura a niños de los municipios atendidos
Esta misión reafirma el compromiso del Gobierno Departamental con las comunidades de Santander, donde la salud no es un privilegio, sino un derecho. Bajo el liderazgo de la Primera Dama Victoria Casallas, esta gestión social traza un camino que une instituciones, voluntarios y ciudadanos en una misma causa: servir con el alma y transformar realidades.
En Santander, cada jornada de atención es también un acto de tejido social. Y esta, sin duda, fue una misión que no solo sanó cuerpos, también corazones.
¡Es Tiempo de Santander, es tiempo de servir!