“Este reconocimiento nos permitirá traspasar las barreras nacionales y con buenas prácticas y la implementación de estrategias que promuevan su comercialización vamos a tener un valor agregado a esta importante cadena productiva, con el fin de que sea conocido y nos permita conquistar muchos más mercados”, manifestó con inmensa alegría el Gobernador de Santander, tras expresar su orgullo por ser hijo de esta tierra veleña.

Esta denominación de Origen Protegida, entregada por la Superintendencia de Industria y Comercio, certifica al Bocadillo Veleño como único en el país y lo resguarda ante imitadores. A partir de hoy, este producto típico cuenta con una herramienta legal de posicionamiento y defensa de la competencia desleal, para que los demás departamentos no le den la connotación de Veleño sin serlo.

Por su textura y el temple azucarado que logran los productores al batirlo hasta que llega al punto ´perfecto´, esta golosina energizante solo será considerada coo Bocadillo Veleño si cuenta con sus características específicas y si se produce en Vélez, Barbosa, Guavatá, Puente Nacional y Moniquirá.

Además de exaltarse esta tradición labriega e insignia de la cultura santandereana, se reconoce el trabajo de los productores de la guayaba, el bijao, el cajón de madera y los industriales transportaderes.

Tavera Amado felicitó a Fedeveleños por su arduo trabajo y exaltó la asistencia técnica que se recibió por parte de la Agencia de Cooperación de Suiza para que este proceso llegara a feliz término. Asimismo aseguró que se siente orgulloso de este logro que es el resultado de un camino que comenzó a forjar cuando fue Secretario de Desarrollo Departamental.

“Cuando fui Secretario de Desarrollo de Santander creé la Agencia de Desarrollo Económico  Local (ADEL Vélez) que permitió la asociatividad, y es gracias a este trabajo conjunto que hoy vemos materializado este reconocimiento nacional”, precisó el Mandatario seccional.

Un motivo más para sentirnos orgullosos de ser santandereanos y seguir delitándonos de nuestra gastronomía típica, pues basta con abrir cualquier despensa y mirar en el rincón una caja de madera llena de bocadillos veleños, que por la forma como se producen y la manera artesanal como se empacan se diferencia de cualquier otro producto de guayaba que se produzca en Colombia.